París- Niza: un día con el equipo profesional Astana
El domingo pasado tuvo lugar la primera etapa de la París-Niza 2017 sobre una distancia de 148,5 kilómetros en dos vueltas Bois d’Arcy – Bois d’Arcy. Una carrera competitiva, en condiciones difíciles, para los 22 equipos que participaron bajo la lluvia y el incómodo viento.
Tuve la oportunidad de echar un vistazo detrás de la escena de este evento junto con el equipo kazajo Astana, que contaba con 8 corredores para esta carrera. El equipo fue fundado por Alexander Vinokourov en 2007, quien ahora es gerente general, con Dmitriy Fofonov al mando de la gestión deportiva, también kazajo y antiguo profesional de Credit Agricole. Para la París-Niza, el equipo vino sin sus dos líderes Fabio Aru y Miguel Ángel López, pero con Jacob Fuglsang como jefe de fila.
Esta es la historia de esos momentos que pasé con los ciclistas y todo el equipo que les rodea. Un equipo que me dio la bienvenida con los brazos abiertos, siempre dispuestos a responder a mis preguntas, sobre todo de lo que se cuece en el backstage de una carrera.
El día antes de la carrera
La víspera de la carrera se da prioridad a la revisión de las bicicletas y a la preparación de los ciclistas: calentamiento, masajes y comidas.
Cuando llego al hotel en la tarde lluviosa del sábado, los autobuses y vehículos invaden el lugar, bicicletas y más bicicletas, mecánicos en plena faena …. el escenario está listo, ¡ya se siente el ambiente! Me da la bienvenida Vicente, uno de los masajistas del equipo, quien explica cómo es el día anterior a la carrera. En la París-Niza, los corredores van acompañados de 4 masajistas, un médico, un osteópata, un cocinero y tres mecánicos. ¡En carreras como el Giro, el Tour de Francia o la Vuelta hay incluso un acupuntor y otro osteópata!
Alimentación
En cuanto a nutrición todo está perfectamente cuadrado, los menús son desarrollados por el médico, así como los suministros para la recuperación. Es él quien decide, según las necesidades de los ciclistas, si el desayuno será arroz, pasta, tortilla, cereales, pan y mermelada… Se toma 3-4 horas antes de la salida. También tiene frutos secos en su habitación por si tienen deseo de picar algo.
Para la pre-carrera, los bidones se preparan con antelación y se depositan en el autobús para los corredores: normalmente con agua, malta, té o agua caliente si hace mucho frío. También tienen a su disposición las barritas de cereales que pueden tomar justo antes de la salida.
Para los suministros que se distribuirán durante la carrera, los corredores disponen de geles, barritas de cereales, latas con té, miel y azúcar en la mochila, un pequeño consuelo cuando el clima es miserable. ¡Para las etapas más largas es un verdadero festín! Los pilotos tienen a su disposición sándwiches de pechuga de pollo, mermelada, plátanos… Para la cena, que también es el médico quien planea las comidas, una gran cantidad de hidratos de carbono y proteínas están en el programa. El cocinero tiene todo su material en un camión estacionado en el aparcamiento y se sirve a los ciclistas en el restaurante del hotel.
Bicicletas
En una etapa como París-Niza, cada corredor tiene 4 bicis para la carrera: una bicicleta de carrera (la que utiliza el día D), 2 bicicletas de recambio y una bicicleta crono. Todas las bicicletas se comprueban el día anterior, la mecánica instala la placa y los transmisores en las bicicletas (este sensor se utiliza para registrar el tiempo en los diversos puntos de cruce), los tubulares se rellenan la mañana de la carrera.
El día antes de la carrera, dos coches acompañan a los corredores en la carretera con bicicletas de recambio y un mecánico en cada coche. Ellos se encargan de paliar los posibles problemas que se puedan suceder y de reparar las bicicletas sobre el terreno por si llegara a producirse un golpe o caída.
La preparación de los corredores
La víspera de la carrera, los pilotos se preparan con un entrenamiento de una hora en un rodillo de entrenamiento, todos se instalan en una habitación del hotel, aunque si el tiempo lo permite, pueden hacerlo fuera.
Después del entrenamiento, llega la hora del masaje. El papel del masajista no sólo es preparar el cuerpo de los ciclistas en una carrera y posteriormente ayudarles a recuperarse, se ocupa gran parte de su bienestar, se asegura de que a los pilotos no les falte de nada. Es él quien va a llevar el suministro durante la carrera y al final de la carrera antes incluso de subir al bus de vuelta al hotel, les lleva la ropa si pasan frío, les llevan a comer…
Tengo la oportunidad de asistir al masaje del danés Matti Breschel y compartir un poco con él. Vicente explica « Doy un suave masaje antes de la carrera para así relajar los músculos. » Tiene una duración de una hora o 40 minutos, dependiendo del tiempo disponible. Me di cuenta de que usaba una crema clásica de masaje para las piernas y Bálsamo de Tigre para la espalda. Explica que el bálsamo también sirve para calentar los músculos antes de la carrera si ciclista lo pide.
Matti explica: « Desde que tenía 10 años quería ser un ciclista profesional y el sueño se hizo realidad con 20 años. » Llegó a Astana este invierno después de dejar el equipo Tinkoff. En la París-Niza está para ayudar al equipo a ganar, será sin duda el as bajo la manga de Astana si hay sprint final. Me explica que el dolor o las lesiones más comunes entre los ciclistas se producen en la espalda, las rodillas o en el cuello. El papel del masajista es esencial para prevenir lesiones y superar el dolor después de la carrera. Matti me comentaba también que el tensionado y estiramiento ayudan enormemente en la prevención del dolor. El trabajo suplementario del osteópata se trata de un seguimiento regular durante todo el año: un trabajo en profundidad en el invierno y los ajustes necesarios después de cada etapa como la recolocación de una vértebra, por ejemplo.
Le pregunto si Matti si se siente nervioso antes de las carreras y me dice que no, que está emocionado y con ganas de salir y prepararse mentalmente. Llego a la conclusión de que al día siguiente se espera lluvia, los corredores irán más lentamente de lo habitual. Será peligroso. ¡Él me responde que no! Esta es la primera etapa, todos los pilotos están muy contentos y muchos pueden ganar el maillot amarillo, por lo que lo darán todo. Me lo confirma Dmitriy Fofonov con quien intercambié unas palabras después. ¡Nos sentimos con si saliéramos a la batalla!
El día de la carrera
La mañana de la carrera, con el desayuno ya ingerido, los pilotos se encuentran en el autobús para partir hacia la zona de salida. Fue allí donde se llevó a cabo la reunión con el director deportivo para establecer las tácticas de carrera. Con este clima frío, conectaron un pequeño calefactor auxiliar dentro para que no hiciese demasiado frío en el autobús en el momento de su llegada. Tienen a su disposición barritas energéticas, bebidas… ¡todo lo que se necesita para estar en las mejores condiciones al inicio de la carrera!
Cuando el bus llega a la zona que está reservada junto a los autobuses de los otros equipos, los mecánicos ponen las bicicletas en un soporte frente del autobús, algunos fans esperan a los corredores para un autógrafo, una foto y algunos periodistas a Jakob Fuglsang para una entrevista.
Es el momento también para la presentación oficial del equipo por la organización. En este tipo de etapa llana no hay calentamiento, diferente sería el caso si la etapa se iniciase con un paso de montaña o fuese una carrera contrarreloj.
Repostaje
Una vez que los pilotos parten, los masajistas deben encontrar un área para proporcionar suministros a los corredores a medio término. En general en una etapa en línea, un área de suministro se define por la organización para que cada equipo pueda colocarse y se distribuir las mochilas a los corredores. La zona se instaló en este caso después de los primeros 50 km y antes de los últimos 20 km de la carrera. Se realiza un circuito de 70 kilómetros alrededor de Bois d’Arcy (2 veces), este paso no contaba con zona de avituallamiento y cada equipo tenía que escoger un lugar a medio camino para distribuir la mochila a los pilotos. Estas se capturan al vuelo y, una vez se toma lo que había dentro, se tiran. A continuación, se recuperan por los espectadores que asisten a la carrera en espera de este momento con impaciencia. En grandes eventos, hay zonas verdes donde los ciclistas tiran sus residuos.
En esta etapa, sólo un ciclista capturó una mochila al vuelo. Otros tuvieron lo que les hizo falta con sus bidones o efectuaron un acercamiento al vehículo en marcha del director del equipo. En etapas más grandes los pilotos son más propensos a tomar la mochila, aparte pueden llamar al coche y pedir un suministro, al margen de la zona que está pensada para este fin.
El siguiente paso es de los masajistas: encontrarse en la zona de meta a la espera de los corredores con bebidas y barritas de cereales, por si acaso lo necesitan antes de indicarles donde se encuentra en autobús. En caso de victoria o maillot distintivo (que no fue el caso en esta etapa, ganada por Arnaud Demare), el terapeuta acompaña al corredor para el protocolo. Allí se podrán duchar antes de llegar al hotel, para no terminar enfriados después de esta carrera en condiciones dantescas.
Una vez en el hotel la historia se repite y los corredores disfrutan de un masaje antes de la cena, los mecánicos limpian y revisan las bicicletas y limpian los coches para tener todo en su lugar al día siguiente. Los masajistas preparan las mochilas para el día siguiente, todo está listo para la segunda etapa de Rochefort en Yvelines – Amilly.
Así que con esto concluye una maravillosa aventura en el mundo del ciclismo profesional del lado que no podemos ver habitualmente. ¡Esperamos que hayáis disfrutado! ¡Muchísimas gracias al equipo Astana por su bienvenida y buena suerte para el resto de la temporada!